"Niño Responsable"
Un niño responsable,al crecer y querer seguir siendo niño, se puede volver el más irresponsable de los adultos… |
Síndrome del "Niño Responsable"
Una de las situaciones más dramáticas en los procesos terapéuticos es hacer notar que se tiene un buen entrenamiento para ser un niño responsable en lugar de ser y de comportarse como un adulto responsable.
La
diferencia entre estas dos realidades aunque es sutil en el nombre es
muy importante en la práctica de la vida cotidiana porque el niño
responsable terminará por querer evadir las situaciones en las que
sienta que “no puede más” con el peso de la realidad porque sabe que
tiene otras figuras, adultas, que se harán cargo de la situación con el
menor peligro posible tanto para sí como para los demás.
Un niño responsable, por lo general, proviene de un hogar en el cual el padre o la madre (o ambos) lo han enseñado a que asuma el costo de sus malas decisiones pero guardando, sin llegar nunca a cortar, la posibilidad de enmendar o de asumir estos costos si éstos son muy altos.
Un adulto responsable, por el contrario, es aquel que asume a plenitud de conciencia y de peso, las consecuencias de sus actos sin tener a alguien más poderoso que él a quien pasarle el bulto cuando siente que no puede más con él.
Por regla general todo niño responsable tendrá dos vías a lo largo de su existencia que son el crecer hacia la adultez responsable o, por el contrario, volverse –como muchas veces sucede- un adulto que tan sólo está pendiente de cómo zafarse de las responsabilidades que le han sido asignadas desde que estaba muy pequeño.
¿Qué es lo que hace la diferencia entre una y otra posibilidad?
La transformación en un adulto irresponsable se genera por la ausencia de una crisis de irresponsabilidad que, generalmente sucede en la adolescencia o en la juventud temprana y que no es comprendida en su verdadera esencia y que, al ser continuamente postergada, transforma la vida corriente del individuo en una sensación de peso cada vez más intolerable, generándose una explosión conductual cuando ya, con su rol de niño responsable, tiene una pareja, una familia, unos compromisos profesionales o comunales que son escenarios mucho más peligrosos mientras más profundos sean los compromisos asumidos por el niño que se está rebelando.
La transformación en un adulto irresponsable se genera por la ausencia de una crisis de irresponsabilidad que, generalmente sucede en la adolescencia o en la juventud temprana y que no es comprendida en su verdadera esencia y que, al ser continuamente postergada, transforma la vida corriente del individuo en una sensación de peso cada vez más intolerable, generándose una explosión conductual cuando ya, con su rol de niño responsable, tiene una pareja, una familia, unos compromisos profesionales o comunales que son escenarios mucho más peligrosos mientras más profundos sean los compromisos asumidos por el niño que se está rebelando.
Por ello es que, al concientizar la importancia de una
crisis de adolescencia, se pueda manejar de la mejor forma para hacer
que el niño que ha sido responsable, aprenda durante esta crisis, a
transformarse en un adulto responsable.
La transformación en un adulto responsable, por el contrario, se genera cuando, al ser comprendidos estos dos conceptos, el niño responsable deja de serlo por un espacio de tiempo –crisis de rebeldía o crisis de adolescencia- en el cual aprende a concientizar la verdadera importancia y el valor de la responsabilidad que se asume de manera consciente y voluntaria y no por imposición de unos padres que se las imponen de acuerdo a sus parámetros.
Esto podría ser parte de lo que le pasa a la actual sociedad , a la misma que siente que no cuenta con un PODER que le saque de todas las dificultades con el menor riesgo y a la que se le enseñó cómo comportarse como niños responsables pero a la que nunca se le indicó cómo comportarse como adultos responsables.
La transformación en un adulto responsable, por el contrario, se genera cuando, al ser comprendidos estos dos conceptos, el niño responsable deja de serlo por un espacio de tiempo –crisis de rebeldía o crisis de adolescencia- en el cual aprende a concientizar la verdadera importancia y el valor de la responsabilidad que se asume de manera consciente y voluntaria y no por imposición de unos padres que se las imponen de acuerdo a sus parámetros.
Esto podría ser parte de lo que le pasa a la actual sociedad , a la misma que siente que no cuenta con un PODER que le saque de todas las dificultades con el menor riesgo y a la que se le enseñó cómo comportarse como niños responsables pero a la que nunca se le indicó cómo comportarse como adultos responsables.
Es quizá,
la misma sociedad, a la que se le enseñó que siempre vendría alguien a
tomar las riendas de la situación cuando esta pareciera salirse de su
control y manejo.
La obediencia hace referencia a las situaciones en las que los padres desean que sus hijos hagan lo que se les pide (obedezcan) sin cuestionar su autoridad.
A medida que los niños van creciendo, se les irán asignando diferentes tareas, que los pequeños deberán cumplir porque “es su obligación”.
La responsabilidad es un valor que está relacionado con la conciencia. La responsabilidad nos permite reflexionar sobre las consecuencias que tiene todo lo que hacemos, o dejamos de hacer, sobre nosotros mismos o sobre los demás.
Es decir, la responsabilidad nos permite valorar, administrar y reflexionar sobre las consecuencias de nuestros actos, asumir la magnitud de nuestras acciones y afrontarlas.
Cuando enseñamos a un niño/a o a ser responsable, le estamos ayudando a ser autónomo, a tener mayor fuerza de voluntad, a creer en si mismo, a ser disciplinado, etc.
Estos aspectos son importantísimos para que el pequeño crezca feliz.
¿Qué es la responsabilidad? Este término responsabilidad incluye los siguientes aspectos:
- Ser confiable, de manera que la gente sepa que puede contar contigo
- Mantener los acuerdos y cumplir con nuestra palabra
- Mantener nuestros compromisos
- Hacer algo lo mejor que podemos
- Responder ante nuestra conducta
- Reconocer nuestros méritos y también nuestros errores
- Ser un miembro activo de la familia, comunidad y sociedad