Creencias y paradigmas mentales

                              

                                   Usar nuestra inteligencia cognitiva para desaprender conceptos limitantes de quienes somos.

 Cuando deseamos algo distinto en nuestras vidas, en algún momento de la ruta al exito surge la pregunta:
 ¿Que nos puede detener?

La respuesta es simple:

 repetir automáticamente esquemas mentales, creencias y paradigmas que aprendimos, que estan obsoletos y nunca hemos cuestionado.

 Algunos ejemplos son: que difícil, no se puede, no vale la pena intentar, yo soy así­, no hay nada que hacer.

 En otras palabras, nuestra mayor resistencia al cambio son nuestros hábitos de pensamientos y sus consecuencias debilitantes en sentimientos de impotencia y drenaje energético.

Los cambios comienzan en nuestro interior cuando modificamos la calidad de nuestros pensamientos.

 Las nuevas ideas van creando nuevas conexiones cerebrales.

 Con la práctica, se convierten en esquemas mentales positivos con consecuencias aní­micas como la esperanza, la alegría, la paz y la satisfacción.

Esto sucede a lo largo de toda la vida; nunca es tarde para aprender!

Otra buena noticia es que no tenemos que pelear con el viejo ego psicológico sino observarlo sin juicio, con empatí­a.

 Reconocemos que es un producto "no acabado" en constante evolución consciente.

 Con voluntad, podemos cambiar esos hábitos despreciativos de la auto estima baja.

 Fueron obtenidos en situaciones de vulnerabilidad e inmadurez emocional. Son pasajeros y no definen nuestro ser!

Quitar el piloto automático y reflexionar con pensamientos más amorosos activa circuitos mentales relacionados con la sensación de seguridad y auto estima.

 Usar la fuerza mental para seguir rebuscando en los porque de la infelicidad no es la mejor opción.

 Busquemos ayuda profesional cuando nos sintamos fijados al pasado.

Algunas creencias, paradigmas y pensamientos que podemos desaprender:

    Los "deberías" de la sociedad son absolutos.

 Es mejor crear nuestra identidad única, libre de imposiciones, etiquetas y roles que restan autenticidad.

Debemos ser fuertes y reprimir las emociones.
 Es mejor sentirlas y usarlas de gu­ías para el desarrollo personal.

Desconfiar, para no tener que lamentar.
  Es mejor tener confianza en uno mismo para el desarrollo del carácter y confianza en los demás, para las relaciones sanas.

El amor es sacrificio.
 Es mejor experimentar el amor como la máxima libertad del ser, que evita el desgaste de la obligación sin sentido.

Los culpables no merecen una nueva oportunidad.
Es mejor reconocer que el perdón comienza en nosotros, hacia nosotros mismos. Todos tenemos el derecho a equivocarnos y aprender lecciones de vida.

La religión es lo mismo que la espiritualidad.
 Es mejor entender que todos somos seres espirituales que expresamos esa realidad, en diferentes religiones.

La vida es trabajar y cumplir con las obligaciones familiares y profesionales.
 Es mejor apreciar la vida como una aventura humano-divina donde somos co-creadores, con nuestras intenciones.

Venimos al mundo a pasar por un valle de lágrimas. 
Es mejor pensar que el propósito de nuestras vidas es amar y superar el dolor desde esa fuerza vital del amor, que tiene el poder de renovarnos cada día.

Es posible reprogramar nuestro cerebro con conexiones más positivas, que al repetirlas, se conviertan en hábitos permanentes de vida saludable y feliz. 

La actividad mental modifica el cerebro y nos conduce a la sabiduría de cómo vivir con pasión nuestra experiencia de vida única.

¿Cuáles limitaciones aprendidas escoges hoy des-aprender?
 

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