BREVES DEFINICIONES DE CODEPENDENCIA
El apego es la muletilla preferida del miedo |
La codependencia puede ser definida como una enfermedad, cuya
característica principal es la falta de identidad propia.
El codependiente pierde la conexión con lo que siente, necesita y desea.
Si es dulce y agradable aunque no lo sienta, es porque busca
aceptación.
Cree que su valor como persona depende de la opinión de
los demás.
Da más importancia a los demás que a sí mismo.
Se crea un yo falso, pues en realidad no está consciente de quién es y está tan
desconectado de sus propios sentimientos, que asume la responsabilidad
por las acciones de los demás.
Se avergüenza por lo que hacen otras personas y toma las cosas de una manera personal.
Invierte una enorme cantidad de energías en mantener una imagen o un estatus para
impresionar porque su autoestima es muy baja, ya que depende del valor
que los demás le otorgan.
La codependencia se origina en las familias disfuncionales y convierte
a los miembros de esas familias en personas hiper-vigilantes.
Al estar el ambiente familiar tan lleno de estrés debido a la violencia, la
adicción al alcohol o a las drogas, las enfermedades emocionales de
sus miembros etc; la persona codependiente enfoca su atención hacia su
entorno para defenderse de algún peligro real o imaginario.
El estado de alerta es una defensa de nuestros cuerpos, algo temporal que nos
ayuda a defendernos en momentos de peligro.
Pero cuando ese estado se vuelve crónico, la persona pierde el contacto con sus reacciones internas, ya que todo el tiempo su atención está afuera de sí misma.
Los niños necesitan seguridad y tener modelos saludables para imitar,
para poder entender sus propias sensaciones internas.
También necesitan aprender a separar los sentimientos de los pensamientos y a
generar autoestima ellos mismos desde su interior.
Si el niño pierde el contacto con sus sentimientos, tratará de llenar sus necesidades
con estímulos externos y se convertirá en un adulto codependiente.
Todo tipo de pseudo-amor es destructivo; uno de ellos es la codependencia.
Cuando una persona vive su vida a través de los demás y a costa de sus
legítimas necesidades, va más allá de lo que exige el verdadero amor.
Se quema hasta el punto de no quedar ya nada de ella.
Parece un noble empeño ayudar a otras personas que se están
autodestruyendo, como en el caso de las esposas o novias de los
alcohólicos o adictos a la droga, al juego o al sexo.
Sin embargo, olvidamos ayudar a los codependientes.
todo amor que no produce paz, sino angustia o culpa, está contaminado
de codependencia. Ese tipo de amor patológico, de obsesión,
Es sumamente destructivo. Al no producir paz interior ni
crecimiento espiritual, no lleva a la felicidad.
La codependencia crea amargura, angustia, enojo y culpabilidad
irracional.
El fruto del amor debe ser la paz y la alegría. Si no es
así, algo anda mal. No debemos albergar
en nuestro corazón ni angustia ni ninguna otra emoción dañina.
La codependencia nace de un hambre malsana de amor, quizás provocada
por un ambiente familiar en que uno no se sentía amado. Se puede tener
un hambre tan desordenada de amor, que nos impida dejar una relación
humana negativa.
El dolor en la codependencia es mayor que el amor que se recibe. Hay
que tratar de mantener una relación sólo hasta donde debamos y
podamos. Debemos procurar mantenernos en la línea del quinto
mandamiento de la Ley de Dios.
Si una relación humana resulta perjudicial para la salud física, moral o espiritual,
hay que cortar.
La misma Iglesia Católica permite la separación de los casados cuando
la vida en común se hace intolerable.
Una de las características de la persona codependiente es que no
confía en la otra persona a la que trata de influir.
Esto lo demuestra persiguiéndola, tratando de controlarla, diciéndole lo que tiene que
hacer, etc.
La sobreprotección, signo de codependencia, a veces nace de la
situación de una madre que ha perdido a su esposo.
Hay madres que usan a sus hijos para llenar un vacío.
El codependiente no sabe quién es, lo que siente, cuáles son sus
necesidades; vive como un ser vacío. El verdadero amor promueve
el crecimiento mutuo.
El fin de todo ser humano no es complacer siempre a otro o ser lo que el otro espera de
uno, sino ser el reflejo de Dios para los demás: lo que. Dios le creó para ser.
La codependencia aparenta ser amor, pero es egoísmo, mutua
destrucción, miedo, control, relación condicionada: "Te amo si
cambias"; "Si no haces lo que digo, te recrimino, te persigo, me
siento tu víctima." En la codependencia hay una gran cantidad de
manipulación. Es una relación descontrolada: hagamos todo lo que sea
para que esa persona se acomode a mí.
En momentos de frustración, la codependencia es abusiva o de tremenda
tolerancia del abuso.
La persona codependiente permite tanto que no
reconoce el abuso cuando lo sufre. Ha llegado a tener una autoestima
tan baja, que ya no se da cuenta de que están abusando de ella.
El codependiente necesita dar continuamente para no sufrir
culpabilidad, ansiedad, enojo, miedo, etc. Necesita dar, sentirse
necesario para tener autoestima. Está dominado por sentimientos
enfermizos y no por la razón.
El amor humano debe ajustarse a la razón. Los codependientes se dejan
llevar solamente por sus sentimientos. Su autoestima depende del
comportamiento o reacción de los demás.
El codependiente debe recibir ayuda profesional y espiritual. Debe
amarse ordenadamente a sí mismo, atendiendo a sus necesidades básicas.
"La codependencia es una condición específica que se caracteriza por
una preocupación y una dependencia excesivas (emocional, social y a
veces física), de una persona, lugar u objeto. Eventualmente el
depender tanto de otra persona se convierte en una condición
patológica que afecta al codependiente en sus relaciones con todas las
demás personas.
"El codependiente tiene su propio estilo de vida y su modo de
relacionarse con los demás debido a su baja autoestima. Se enfoca
siempre en los demás y no en sí mismo.
La persona codependiente no sabe divertirse porque toma la vida demasiado
en serio.
Se le dificulta llegar a tener intimidad con otras personas porque teme ser
herida por ellas.
Necesita desesperadamente la aprobación de los demás
y por ello busca complacer a todo el mundo. Siente ansiedad cuando
tiene que tomar decisiones porque teme equivocarse.
Niega sus propios sentimientos."
La dependencia por si sola no alcanza para configurar la enfermedad del apego. El gusto por la droga no es lo único que define al adicto, sino su incompetencia para dejarla o tenerla bajo control. Abdicar, resignarse y desistir son palabras que el apego desconoce. Querer algo con todas las fuerzas no es malo, convertirlo en imprescindible si.
La persona apegada nunca esta preparada para la perdida, porque no concibe la vida sin su fuente de seguridad y/o placer.
Lo que define el apego no es tanto el deseo como la incapacidad de renunciar a él. De manera mas especifica, podría decirse que detrás de todo apego hay miedo, y mas atrás algún tipo de incapacidad.
Por ejemplo, si soy capaz de hacerme cargo de mi mismo, tendré temor a quedarme solo, y me apegare a las fuerzas de seguridad disponibles representadas en distintas personas ( pareja, hijos, material, familia etc ).
El apego es la muletilla preferida del miedo un calmante con peligrosas contradicciones.
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